Tuya.
"Ella no es mía, yo tampoco soy suyo, lo nuestro es temporal, somos un préstamo voluntario que quizá dure toda la vida"
Esta frase tan armónica me la encontré bajando por la galería de momentos colectivos que tenemos todos guardada en la cajita de utilidades cuestionables que llevamos con nosotros por habito común, sí, estoy hablando de reels.
Llamó mi atención de inmediato.
Hacia tiempo que buscaba respuesta a la necesidad de poseer a esa persona que amamos, que nos gusta o que deseamos, el pensamiento y necesidad de hacer nuestra a esa persona, con fines hermosamente egoístas.
Me gustó pensar en las cosas conscientemente temporales con el punto y coma de que quizá sean para siempre.
Al fin y al cabo entender que cuando amamos a un otro nos presta una parte de si mismo para atesorar y cuidar, también significa entender que cuando llegue el momento tendremos que devolverla con la responsabilidad de dejarla mejor de lo que nos la encontramos. "Lo que con amor viene, con amor se va" para entendernos mejor. Pero encuentro en la posesión un romanticismo oscuro tan seductor e irresistible que me hace dudar de la fina línea que divide lo revitalizante con lo perjudicial.
Poseer a un otro, " vos sos mío y yo soy tuya" por lo menos durante el tiempo que me regales a tu lado, durante el tiempo en que puedas amarme y yo a ti de la manera más profunda, sin mentiras, sin engaños, solo nosotros y en el mundo. Díganme si no es romántico.
Si somos consientes de nuestra individualidad, no me parece un acto atroz el de poseerte, yo si quiero ser suya, eternamente, que me tengas en tus manos de la forma más feroz que se te ocurra, que me hagas pequeña solo contigo y decirte al oído palabras que te alteren de manera sutil, claro, para que puedas aguantar. Que en ese preciso instante me creas peligrosa y que tu cuerpo actúe en consecuencia.
Niéguenlo, a ustedes también les pone los pelos de punta pensar en la intimidad de lo posesivo, no se logra con cualquiera, no nos entregamos de esa forma si no hay una conexión que lo genere, que lo sostenga.
En un mundo lleno de extremos, donde los matices en una conversación se omiten por la larga explicación que generan, ser una persona que sabe perfectamente en que momento utilizar esos extremos sobrios que dejamos de lado por miedo al rechazo de una sociedad enferma, que los oculta sin aceptarlos por su propia vergüenza, es ser una persona equilibrada, aceptarlos y comprenderlos para controlarlos.
Así que si, amo ser tuya de la manera más oscura, sea donde sea que estés, ojalá me encuentres.
_Perez Muñoz Valentina.
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