VOS.
Abrace tus mil demonios sin comprenderlos siquiera, los convertí en míos y los decore con flores.
Te protegí de tu silencio aún sabiendo que no estabas listo. Amé cada parte de tus sombras y decidí tenerte en mis brazos. Sabia que algún día superarías aquellos miedos que te paralizaban, como un niño en una noche de tormenta, asustado por truenos que le recordaban a su pasado ruidoso. Y o hiciste...
Superaste tus miedos y te hiciste fuerte.
Orgullosa me regocije de alegría. Volví a decorar de flores pero esta vez tu confianza, que me hacia querer ser mejor cada día.
Pero perdí la paciencia... Como nunca lo había hecho.
Esa espera por saber en que rincones de tus temores se encontraba tu pensamiento me hizo darme cuenta que no sentías que pudiera atesorarlos.
"Cada quien tiene sus propios demonios" pensé... Pero convertí los tuyos en míos y eso hizo una diferencia.
Te encontré paseando por los jardines de mis recuerdos. Tan hermoso como alguna vez fuimos.
Y te lleve a aquellos que no lograron florecer, pero que igualmente eran hermosas flores color carmesí, ansiosas de que entráramos a la cueva de los capullos tomados de la mano y las ayudáramos a florecer.
Solo quiero decirte que no pierdo la esperanza. Aún te espero para hacer de nuestras vidas ese ramo de flores carmesí.
No quiero personificar el famoso "él no estaba listo y ella pedía demasiado".
Me crie con películas románticas que dañaron mi capacidad de conformarme.
Me propuse quererme y elegirme. Solo pedía lo mismo de tu parte .
Que me eligieras por encima de todo menos de ti mimo.
Que me eligieras cada día sonriendo, sabiendo que yo soy aquello que más querías.
Que me eligieras como en cada película romántica donde él hace lo imposible para llegar a ella, sin importarle su ego.
Sí, muy cursi, ya lo sé. Pero yo soy así.
Y ahora que lo sé, no puedo seguir abrazando tus demonios, porque encontré los míos.
Esta vez no les puse flores.
Los miré fijo y los desafié a lastimarme si se atrevían. Lo intentaron, no lo niego.
Hacía demasiado tiempo que hacían de las suyas, que paseaban por los hermosos jardines de mi ser generando caos.
No siempre fue así, hubo un momento en que pude con ellos. Pero ahora volvieron..
Y lo hicieron porque sabían que estaba ocupada con los tuyos.
Y ahora acá estoy, haciéndome cargo de mis demonios. Tratando de todas las formas que te pasen por la mente de mantenerlos a raya.
Quiero seguir descubriéndolos y encerrándolos... o más bien... curarlos. Al fin y al cabo ellos no son malos... bueno a su manera, solo inseguros. Tratan de ver todas las rutas, todas aquellas que los harían mas fuertes o al contrario, los debilitarían. Pero ahora no... ahora yo estoy al mando , decoro y manejo mis jardines como a mi más me gusta. Los decoro de todos los colores... bueno... menos carmesí.
Ese queda reservado para la cueva donde se quedaron nuestros recuerdos y capullos.
A veces la miro desde el jardín, con mi enteríszo de jean y mi tijera de podar.
Lloro mucho cuando los veo. Aún sigo sintiendo que no es tarde y que correras a mi esta vez sabiendo que me amas más que a nada.
Pero como siempre , nunca te veo llegar... y así muy de a poco, siempre mirando hacia atrás para verificar que no estas, se fue mi esperanza...
La última que se pierde... la gota que colmo mi jardín de flores.
Lo admito, no quise aceptarlo, lo negué por mucho.
Es que... que podía hacer? En el momento que miraba esos ojos llenos de sueños y ambiciones me volvía a enamorar. Enormes bolas de cristal color café, como aquellos que nos tomábamos juntos charlando y riendo durante hora. Era mi parte favorita de la historia y la que más dolió cuando empezó a desaparecer.
Te lo dije, ya no reíamos como antes, estaba preocupada. Pero dijiste que era normal, "muchos años juntos"
¿¡Cómo iba a aceptar que eso que nos llenaba de tal gozo se fuera y que tú no le dieras importancia?!
Ahí me rompí un poquito, pero ,lo arreglaste llenándome de sueños.
Entonces seguí esperando.
Esperé que llegaras 10 minutos más tarde de lo acordado.
Espere que terminaras con aquello necesario.
Espere y espere, nunca al revés.
Que tonta fui, me tenías en tus manos.
Pero estaba bien, o eso pensé.
En este punto estoy segura que te voy a amar siempre, pero le dí un alto a no elegirme. Es que si no lo hacías vos ¿Cómo iba a aprender a hacerlo yo?
Tranquilo cambie, muy rápido... pero me tomo tiempo. Sí es incoherente, igual que esto... Esto que se suponía que nos llenaría de arrugas de amor compartido. Esto que me hizo cambiar de opinión acerca del blanco y el hogar. Pero no logré derrumbar tus murallas, solo caminaba por encima viendo el vacío profundo de tu ser, con miedo a que si me caía no me salvarías y ante la duda no lo hice. Pero te pedí que tu si lo hicieras. Yo desplegaría mis alas sin dudarlo y te llevaría hasta el fondo con gusto.
Pero estabas esperando el momento correcto.
Ese que nunca llegó y me dejó con mis alas a la intemperie cada vez con menos plumas...
Ahora vuelo sola por el laberinto de murallas... como un ángel perdido buscando la salida. Y la voy a encontrar, siempre estoy segura de mi éxito, solo dame aire y tiempo. Para así posarme nuevamente en el paramo más hermoso que pueda crear bajo mis alas... Ese que debí crear contigo pero ahora solo me pertenece a mí.
Así que si me llegas a buscar en él, que sepas que allí están prohibido los relojes, porque me harté de mirar la hora de llegada. Así que si pensas visitarme, solo tu corazón sabrá cuando irte.
No voy a estar esperándote, pero seguro me dará mucho gusto verte. Para que veas conmigo , mi propio jardín de flores.
-Por Valentina Perez Muñoz.
Comentarios
Publicar un comentario