Romantica.
No puedo dejar de pensar en él ni un minuto del día, esa alma cálida guardada en el fondo se su ser se separa de mi constantemente y cada vez se vuelve mas fría.
"Amor" es una palabra muy corta para describir este sentimiento, tibio pero a la vez calcinante, agobiante pero con el potencial suficiente para ser imparable, me aferro a esa idea con fiereza. No la dejo ir, no quiero hacerlo, aunque me destruya en el proceso prefiero amarrarme a este sentimiento de complicidad y esfuerzo.
Prefiero perder los brazos, envueltos a su alrededor con fuerza, que dejarlo caminar solo y no verme a su lado. El egoísmo me consume, se que abrazarlo tan fuerte lo rompe despacio, le sumo a sus mil y un grietas, como una pieza de porcelana a la cual le pasaron los años y deja en toda su belleza pequeñas aperturas que la hacen frágil.
Sus latigazos de amor violento, el despertar de mi coraza de defensa, sentirme desconectada, poco entendida , apartada del lado que añoro, que extraño, que amo con locura.
Abre y cierra sus puertas, como si de sentimientos no se tratara, me agobia, me frustra.
Y no puedo dejar de pensar en el ni un minuto, en su sonrisa burlona y el la genuina, en su obsesión por el mate, en su cara de serio cunado algo no le está gustando, es su cabeza rebuscada que siempre esta pensando en algo nuevo, es sus sus manos cálidas y gentiles al tocarme la cara, en sus ojos llenos de brillos como si de galaxias se tratara y en su desesperación por hacer que deje de llorar.
Pero también pienso en las acciones que me demuestra que esta roto y aunque junte todas sus partes en una vasija de cristal y trate de pegarlas con oro sacado del fondo de mi corazón no es suficiente si él no aprende a darse forma, a pegar con su propios metales preciosos las partes que caen al piso por el que pasa caminando lento y agonizante.
Mi dolor ya es solo mío, provocado por mis propios pensamientos y revocado por los mismos, no tengo nada que perdonarle porque todo se lo hizo a si mismo y yo en medio de la pelea entre sus dos mitades salí lesionada tratando de evitar que se lastimaran.
El perdón otorgado por mis acciones desenfrenada y violentas por un amor de locos fue genuino y sincero y solo eso me queda, amar con locura lo que queda y entender que aunque ya no estés siempre serás el amor que extrañaré siempre por todo aquello que no pudimos, pero que soñamos hacer juntos.
_Perez Muñoz Valentina.
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