Quietud, movimiento, miedos, valentia.
Calma, cosa frágil y efímera, de naturaleza volátil y dispersa, caprichosa en el momento de permanecer.
Se aburre fácil, odia la monotonía de la quietud, ¿Qué haríamos de no ser por su capricho? estaríamos quietos, sinónimo de "extinción", de "muerte".
Sin mover un pie o un pensamiento de la paz y la permanencia, nos volveríamos seres divinos, atemporales, inamovibles, expertos en el juego de la vida sin poder probarla.
Observar con templanza. Estado difícil, llevado a la aceptación y responsabilidad, estado que nos lleva a ser espectadores de lo decidido, a interpretar con delicadeza las señales, aprender a tomar el panorama completo.
Sentir, callada y confusa, sin querer retroceder pero tampoco avanzar, quieta, agonizante.
Sentir despacio y con miendo a romperse... a lastimar.
Dolor, alegría, lados concomitantes aunque atados el uno al otro. Puntos grises, lejanos, fuera de mi alcance.
Sentir con restricciones, sin dejar fluir la experiencia por miedo, no es de valientes.
Guerrera que llevas el camino hacia la cima, siente, deja fruir, ábrete a posibilidades, nadie cuestiona tu fuerza.
Complicaciones, a veces por el elegante y oscuro bals de posibilidades imaginadas, nada ciertas pero aún así vigentes. Con el pie a realizarse si das un paso en falso. Si caes en sus trampas.
Nada está calmo, ella no dura quieta, ama moverse para aprender del vaivén. El movimiento la hace amar, la hace sentirse viva. Complicado o no ella baila, se mantiene en puntas de pie planeando su siguiente salto ,a veces, improvisado, a veces dejando caer su peso sin preocuparse del duro suelo que la espera debajo.
Así que baila y descubre, aprende y desaprende, cambia... mantente en movimiento.
Comentarios
Publicar un comentario