Ahogarse
Más pensamientos de los que puedo controlar. En un segundo arribaron más olas a la orilla de las que puedo tolerar para no hundirme.
Y si es más grande la carga del pensamiento que el problema en si? La incertidumbre de lo que no conocemos, de lo que no tenemos control, de aquello que viene inevitablemente y nos aterra. De ahí viene la ansiedad, de todo aquello que aún no es tangible pero que podría serlo y entonces tendríamos un problema. De ahí viene el sobre pensar, el bucle en el que nos metemos inconscientemente para hacernos daño o para protegernos de lo que viene.
El miedo no es malo, al contrario nos ayuda a sobrevivir. Pero es cómo sobrellevamos nuestros miedos lo que hace la diferencia. Entender que ellos no son los dueños de nuestra mente, que nosotros llevamos las riendas, que somos capaces de hacer a pesar de que estén ahí, pidiéndonos gritos que no lo hagamos porque salir de donde estamos supone un cambio y el cambio supone incertidumbre.
Estamos acostumbrados a que la incertidumbre sea un problema, pero...¿ y si la viéramos desde otro ángulo? Y si la viéramos como una oportunidad, una puerta abierta hacia un mundo nuevo? Y no estoy hablando del falso positivismo el cual ignora los problemas y camina sin importarle si hay riesgo de hundirse en el barro, estoy hablando de ser consientes de que los problemas están ahí, pero que tenemos la capacidad para resolverlos a pesar de el miedo. De que a veces esos supuestos problemas, son el camino hacia nuestro aprendizaje personal, a veces no, siempre, eso es seguro.
Estoy segura de que este pensamiento tiene el potencial para llevarnos lejos, así que lo comparto con la intención de que la reflexión no solo me ayude a mí, si no también a ustedes.
Así que con todas mis olas ahogándome les comparto este fragmento que me ayudó a nadar a la superficie.
_ Perez Muñoz Vlaentina.
Comentarios
Publicar un comentario